LAS RAQUETAS DE NIEVE. TIPOS Y CARACTERÍSTICAS

Cualquiera que haya realizado una salida invernal sabe que no es necesario superar grandes desniveles, ni recorrer grandes distancias para situarse ante paisajes sobrecogedores y únicos donde encontrarnos con nosotros mismos y llegar a rozar el ideal de libertad.

Las raquetas de nieve son un medio de desplazamiento natural que nos permite distribuir la presión ejercida por el peso de nuestro cuerpo sobre una superficie mayor que la de nuestros pies. De esta manera podremos caminar por la nieve sin hundirnos, o hundirnos lo menos posible; es lo que denominamos flotación.

En el artículo que publicamos hace unos días “Breve historia de las Raquetas de Nieve” podrás encontrar más información de cuándo aparecieron las primeras raquetas, con qué finalidad y cómo han ido evolucionando a lo largo de los años.

Existen multitud de tipos y subtipos de raquetas de nieve. No obstante, la mejor clasificación que se puede llevar a cabo en cuanto a las raquetas tradicionales es en función de su forma. Así pues, tenemos raquetas con punta de lanza, foliáceas, discoidales, ovales y elipsoidales.

Por otro lado, tenemos las raquetas denominadas modernas. Éstas son más ligeras y resistentes que las tradicionales y cuentan con puntas y garras metálicas y un alza. Su clasificación se basa en la utilización que le pretendamos dar:

• Son las que menos se hunden en la nieve, aunque resultan más incómodas e incluso peligrosas en nieves endurecidas ya que el mecanismo de tracción es insuficiente.
• No suelen incorporar alza y tampoco suelen permitir fijar el talón.
• Algunas tienen una cola estabilizadora que hace de timón y sirve de contrapeso para mantener la espátula elevada.
• Se trata de raquetas simétricas, por lo que hay que tener precaución en no pisar una raqueta con la otra.
• Sirven para hacer excursiones sencillas por pistas forestales o fondos de valle.
• En este grupo se incluirían también las raquetas infantiles.
• Este tipo de raquetas son las más económicas.

• Son las más polivalentes y las más fáciles de encontrar en el mercado. Permiten la progresión en muchos tipos de terreno, aunque se hunden un poco más que las de paseo.
• Tienen la espátula elevada para evitar enganchones y para no levantar tanta nieve a cada paso. Además, son más efectivas a la hora de hacer tracción.
• Las hay asimétricas, pero la mayoría son con talle de avispa (estrechas en la parte central para realizar una pisada más natural).
• Incorporan puntas metálicas o perfiles laterales dentados (grips) bajo el bastidor y una garra delantera móvil (crampón) para hacer frente a pendientes inclinadas.
• Poseen un alza para reducir el efecto de la pendiente sin forzar los gemelos en las subidas. Y una pestaña para bloquearlas en las bajadas u otros usos.
• Existen modelos específicos para mujeres.

• Ligeras y alargadas para facilitar la carrera.
• La mayoría requiere calzado automático o unas zapatillas deportivas adaptadas.
• No sirven para abrir huella. Están pensadas para correr sobre nieve compacta.
• Deben de incorporar algún sistema antivuelco. Y tienen alza.
• La garra delantera es menos efectiva que las raquetas técnicas.

Existen 3 tipos de fijaciones:

• La mayoría utilizan ataduras de correas. Un inconveniente es que se pueden congelar con frío intenso, dificultando su manipulación. Para evitarlo, algunos modelos han sustituido las cintas por cierre de carraca o sistema BOA. Los modelos infantiles suelen ser correas de velcro.
• El pie se introduce en una placa de sujeción que integra un calapié y una talonera móvil que permite la regulación de la talla de la bota.
• Requiere reajustes frecuentes de las correas.
• Ventaja: prácticamente vale cualquier tipo de bota de montaña.

• Únicamente sirven para botas cramponables.
• Este tipo de fijaciones son más fáciles de manejar.
• También son más seguras gracias a una puntera metálica y una mordaza trasera de manera que la bota queda unida a la fijación sin riesgo de que se salga de la raqueta.

• Fijación integrada para calzado automático, por lo que las hacen muy ligeras y confortables.

• Utilizar solo cuando el espesor de nieve justifique realmente su utilización. En caso contrario podemos estropear el perfil del bastidor y desafilar los sistemas de tracción.
• Al terminar la actividad, dejar que se sequen de forma natural sin exponerlas a ninguna fuente de calor (calefacción, chimenea..).
• Su limpieza debe realizarse con un cepillo una vez secas y no utilizar productos químicos que puedan alterar los materiales plásticos.
• Engrasar las articulaciones una vez por temporada.
• Almacenarlas en un lugar seco y fresco dentro de su funda de transporte y sin incidencia directa de la luz solar.