PREPARACIÓN DE UNA RUTA CON RAQUETAS DE NIEVE
PLANIFICAR UNA RUTA INVERNAL
Lo primero que debemos hacer es planificar la ruta que queremos realizar. Para ello elegiremos el itinerario que mejor se adecúe a nuestro nivel físico y técnico, a los materiales que disponemos y sobre todo a los peligros objetivos del entorno. Recordad que las rutas invernales, aun siendo la misma ruta (o el mismo track de wikiloc), no se parecen nada a las rutas de verano, por lo que debemos priorizar los itinerarios por fondos de valle.
Estudiaremos la ruta sobre el mapa y nos informaremos de su duración y nivel técnico. Asimismo, es imprescindible atender a los boletines meteorológicos y aquellos que nos indican el estado y evolución del manto nivoso.
En invierno la noche llega pronto, y la nieve puede empezar a transformar (helarse) antes de lo previsto, por lo que hay que adecuar bien los tiempos, estableciendo un margen generoso.
Y no menos importante es controlar el factor humano, empezando por el número de participantes y sus capacidades físicas y técnicas, diseñando un plan B en caso necesario.
EQUIPO NECESARIO PARA UNA SALIDA CON RAQUETAS DE NIEVE
El equipo estará determinado por la dificultad y la duración de la salida. De lo necesario, solo hay que llevar lo imprescindible y, de lo imprescindible, lo indispensable.
¿Y qué es lo indispensable?
- Raquetas de nieve: podéis consultar nuestro artículo sobre los tipos de raquetas en relación a su forma y a su funcionalidad.
- Bastones de tipo trekking con roseta ancha para evitar que se hundan en la nieve.
- Botas impermeables, calientes y cómodas, acompañadas de polainas.
- Mochila.
- Vestimenta adecuada: sistema de capas.
- Guantes (unos finos y otros de alpinismo), gorro y buff.
- Gafas de sol, crema solar y protección labial.
- Agua (o infusión) en un termo o funda isotérmica, y comida altamente energética.
- Botiquín de primeros de auxilios.
- Mapas, brújula, altímetro, GPS y teléfono móvil.
Otros materiales aconsejados: navaja, silbato, papel higiénico, bolsas de plástico, kit de reparaciones, lápiz y papel, plástico ligero para aislarse del suelo o improvisar un vivac, cámara de fotos, etc.
Altamente Recomendado: DVA (Arva), pala y sonda, crampones y piolet.
ORIENTACIÓN EN MONTAÑA INVERNAL
En invierno es fundamental que sepamos orientarnos en montaña, especialmente porque es probable que la nieve haga desaparecer los senderos y esconda muchos de los puntos de referencia. Por lo tanto, es imprescindible que sepamos dónde estamos en todo momento, determinarlo en el mapa y saber identificar el mayor número posible de accidentes geográficos.
Debemos pararnos a pensar, antes de ponernos en marcha, que durante debemos ser autosuficientes a lo largo de toda la ruta. Fiarse de las huellas de otros raquetistas no siempre es garantía de seguridad. Además, el viento o la nieve pueden hacer que en un momento dado desaparezcan las huellas que vamos siguiendo en cuestión de segundos, con lo que nos podemos llevar un gran disgusto. Por dicho motivo, reiteramos que es muy importante que una o varias personas del grupo sepan orientarse bien mediante la utilización de mapa y brújula (tomar rumbos y acimuts).
El GPS será un complemento esencial, pero debemos tener en cuenta que se trata de un aparato electrónico cuyas baterías pueden agotarse y necesita recibir la señal de un mínimo de cuatro satélites para que la información sobre nuestra posición sea fiable, cosa que no ocurre en bosques, montañas escarpadas o con abundante niebla.
Por último, a la hora de planificar nuestra ruta sobre mapa podemos obtener una información muy valiosa si tomamos ciertos puntos de referencia y calculamos su altitud. Estos datos nos podrán servir de mucha ayuda una vez puestos en marcha si disponemos de un altímetro (recomendamos que disponga también de barómetro).
IMPORTANCIA DEL ALTÍMETRO
Antes de empezar a caminar con nuestras raquetas de nieve deberemos calibrar nuestro altímetro en un punto conocido. Y seguiremos realizando dicha calibración en cada uno de los puntos conocidos a lo largo del itinerario. Esta acción evitará que, en caso de mal tiempo, nos desorientemos al indicarnos importantes variaciones de altitud.
Si inmediatamente después de haber puesto a punto el altímetro, la altitud marca una subida de nivel, significa que la presión ha disminuido y por lo tanto el tiempo está empeorando. Si, por el contrario, el nivel baja, significa que está aumentando la presión y el tiempo se volverá más estable.
LA METEOROLOGÍA
Normalmente se pueden realizar rutas con raquetas de nieve desde Noviembre hasta Abril, aunque cada año que pasa vemos como el calentamiento global está acortando estos periodos.
Dicho esto, hay que tener en cuenta que los meses de Noviembre y Diciembre suelen ser inestables, apareciendo las primeras nevadas. Enero y Febrero suelen ser más fríos y secos (estos son los meses que BIOSFERA AVENTURA aprovecha para ofrecer a sus clientes las mejores rutas con raquetas de nieve). Finalmente, Marzo y Abril predomina de nuevo la inestabilidad, pudiendo haber fuertes nevadas en cotas altas.
Antes de una salida invernal no nos debemos conformar con recibir una previsión meteorológica de carácter general. Necesitamos conocer una información nivo-meteorológica pormenorizada de la zona en la que desarrollaremos nuestra actividad, tanto de lo que ha acontecido los días previos como el propio día de la ruta y horas posteriores.
Para todo ello podemos acceder a servicios públicos o privados de meteorología, como por ejemplo: AEMET, METEOBLUE, MOUNTAIN FORECAST, EL TIEMPO.ES, ACCUWEATHER, etc.. Siendo importante comparar varios pronósticos y, a ser posible, atendiendo a la altitud en la que nos vamos a mover.
No obstante, conviene recordar que en la montaña, y más si es en invierno, las previsiones pueden estar sometidas a cambios bruscos por lo que sería interesante aprender a descifrar lo que nos están indicando in situ la evolución de las nubes, pudiendo así evitar peligros innecesarios.
NIVOLOGÍA Y ALUDES
En la evaluación del peligro de avalanchas intervienen cuatro factores: la nieve, la meteorología, el terreno y el factor humano.
Cuando salimos a la montaña con raquetas de nieve normalmente nos movemos por terrenos supuestamente seguros o poco expuestos (bosques, fondos de valle…), pero no conviene olvidar que es allí donde pueden llegar los depósitos de los aludes.
Por tanto, evitaremos las zonas con grandes pendientes en la parte superior y no nos entretendremos en zonas forestales que presenten indicios como zonas desprovistas de vegetación, árboles partidos o doblados por el peso de la nieve.
En caso de alud existen las denominadas trampas del terreno que contribuyen a aumentar las posibilidades de resultar herido o sepultado.
Es recomendable habituarse a observar las grietas que puedan salir a nuestro paso o saber escuchar el sonido “woum”. Y tener en cuenta que la mayoría de los aludes suelen desencadenarse en pendientes comprendidas entre los 30 y 45º.
TIPOS DE ALUDES
DE NIEVE RECIENTE: se producen durante la propia nevada o inmediatamente después cuando se acumulan unos 20cm en menos de 48 horas. Altas velocidades.
DE PLACA: las placas de viento son acumulaciones de nieve que se forman a sotavento (vertientes más resguardadas) produciéndose una frágil estratificación con nieve más cohesionada por encima, rompiéndose si sobrepasamos una cierta presión. Prestaremos especial atención a las cornisas de nieve o una especie de “humo” al soplar viento en las lomas o cimas de una montaña. Debemos evitar zonas convexas, donde es más proclive que la placa se rompa (cicatriz).
DE NIEVE HÚMEDA: son los que se producen preferentemente en las orientaciones más soleadas cuando las lluvias o las altas temperaturas de la primavera hacen crecer el agua contenida por la nieve. Bajas velocidades pero con una gran potencia al ser nieve húmeda y que puede endurecerse rápidamente una vez que se deposita. Las bolas de nieve que ruedan pendiente abajo (“ensaimadas”) indican un recalentamiento superficial del manto nivoso, indicando peligro de alud, por lo que hay que evitar las horas centrales del día.
Os recomendamos que hagáis algún curso completo de nivología con la Asociación para el Conocimiento de la Nieve y los Aludes (ACNA) o llevar a cabo algún taller de seguridad con BIOSFERA AVENTURA.
ZONAS SEGURAS | ZONAS PELIGROSAS |
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BOLETÍN DE PREDICCIÓN DE ALUDES (BPA)
El riesgo 0 no existe y un porcentaje elevado de las víctimas mortales se producen con un grado de peligro 3, mayoritariamente provocado por los propios raquetistas o esquiadores de travesía.
El BPA indica el peligro existente, el cuál hay que combinarlo con el mapa donde se sitúa la ruta que vamos a realizar. Pero el grado de peligro no lo es todo, una buena práctica es acostumbrarse a leer las observaciones que hacen referencia a la distribución y evolución del manto nivoso.
ATRAVESAR UNA ZONA DE RIESGO DE ALUDES
Primero: Observaremos las zonas de paso alternativas y las posibles escapatorias en caso de avalancha.
Segundo: Nos sacaremos las raquetas, las dragoneras de los bastones y un tirante de la mochila para que no haga de ancla en caso de alud.
Tercero: Pasaremos de uno en uno teniendo al compañero siempre a la vista.
Cuarto: Seguiremos siempre la línea de máxima pendiente. Si hay que realizar una travesía horizontal, que sea siempre lo más alto posible.